Un año más, celebramos una de las fechas más alegres que existen: la Navidad. ¿Pero sabemos realmente qué es? ¿La celebramos como deberíamos? ¿Tenemos a Dios presente?
Celebrar la Navidad es algo más que ir de compras para regalos o poner un asado en el horno. Es mucho más que ornamentar la casa o cantar villancicos. ¿Hemos convertido esta fiesta en simple costumbre cultural?
Antes de ornamentar nuestra casa, tenemos que preparar nuestros corazones para recibir a Jesucristo, hijo de Dios enviado para salvarnos. La Navidad podemos resumirla en lo que se dice en Mateo: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna". Estas simples palabras son el mayor regalo que Dios ha hecho a las personas; la salvación del alma, el amor incondicional que el Señor nos tiene.
Nos comemos la cabeza eligiendo regalos, incluso nos peleamos por ello. ¿Es esa la Navidad que queremos? No hay mayor regalo que la esperanza, el amor, la familia... son pequeños regalos que Dios nos ofrece y que muchas veces no los vemos o no los valoramos. En estas navidades, conversa con tu familia y amigos, comparte buenos momentos con ellos. Que la comida de Navidad no sea un simple formalismo, haz que sea viva, un evento en que os abráis y descubráis las maravillas que cada uno tiene. Recordad en comunión al Señor y orad mientras leéis las Escrituras y cantáis alabanzas navideñas.
Por otra parte, el consumismo muchas veces nos hace olvidar de los que menos tienen. Comemos en abundancia, compramos cosas que no necesitamos... ¿somos felices con ello? Mucha gente siente un vacío y no está satisfecha, aunque compre un montón. Eso es porque no ha encontrado sentido en su vida y el amor a Dios y al prójimo. Una buena forma de encontrarse a uno mismo y hacer un regalo a Dios, es ayudar por amor al prójimo. Ten la Navidad presente los 365 días del año, ayuda a las personas necesitadas, ya sea con comida, donaciones o voluntariado.
En resumen, haz que la decoración navideña de tu hogar refleje el amor y agradecimiento al Padre, celebrando que entregó a Jesucristo para salvarnos. Celebra una Navidad centrada en Jesucristo, la meditación, la oración, el amor y la esperanza, sentirás una gran alegría en tu interior, una paz espiritual, es el Espíritu Santo entrando en ti. Y ama a tu prójimo.
En esta Navidad, vamos a abrir nuestros corazones a Jesús.
Celebrar la Navidad es algo más que ir de compras para regalos o poner un asado en el horno. Es mucho más que ornamentar la casa o cantar villancicos. ¿Hemos convertido esta fiesta en simple costumbre cultural?
Antes de ornamentar nuestra casa, tenemos que preparar nuestros corazones para recibir a Jesucristo, hijo de Dios enviado para salvarnos. La Navidad podemos resumirla en lo que se dice en Mateo: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna". Estas simples palabras son el mayor regalo que Dios ha hecho a las personas; la salvación del alma, el amor incondicional que el Señor nos tiene.
Nos comemos la cabeza eligiendo regalos, incluso nos peleamos por ello. ¿Es esa la Navidad que queremos? No hay mayor regalo que la esperanza, el amor, la familia... son pequeños regalos que Dios nos ofrece y que muchas veces no los vemos o no los valoramos. En estas navidades, conversa con tu familia y amigos, comparte buenos momentos con ellos. Que la comida de Navidad no sea un simple formalismo, haz que sea viva, un evento en que os abráis y descubráis las maravillas que cada uno tiene. Recordad en comunión al Señor y orad mientras leéis las Escrituras y cantáis alabanzas navideñas.
Por otra parte, el consumismo muchas veces nos hace olvidar de los que menos tienen. Comemos en abundancia, compramos cosas que no necesitamos... ¿somos felices con ello? Mucha gente siente un vacío y no está satisfecha, aunque compre un montón. Eso es porque no ha encontrado sentido en su vida y el amor a Dios y al prójimo. Una buena forma de encontrarse a uno mismo y hacer un regalo a Dios, es ayudar por amor al prójimo. Ten la Navidad presente los 365 días del año, ayuda a las personas necesitadas, ya sea con comida, donaciones o voluntariado.
En resumen, haz que la decoración navideña de tu hogar refleje el amor y agradecimiento al Padre, celebrando que entregó a Jesucristo para salvarnos. Celebra una Navidad centrada en Jesucristo, la meditación, la oración, el amor y la esperanza, sentirás una gran alegría en tu interior, una paz espiritual, es el Espíritu Santo entrando en ti. Y ama a tu prójimo.
En esta Navidad, vamos a abrir nuestros corazones a Jesús.
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